El Álcazar de Toledo quizá sea el momumento más importante que ver en Toledo. Es una fortificación sobre unas rocas que le proporcionan una posición privilegiada de toda la ciudad que ha sido muy valorada durante los siglos por su valor militar. Tanto es así que su nombre viene del árabe Al Qasar, que significa fortaleza.
Para encontrar el origen de este magnífico edificio tenemos que ir al siglo III, época en la que los romanos, tras la conquista de la ciudad establecieron allí la residencia del pretor, y en el año 568 el rey visigodo Leovigildo, estableció como capital Toledo y el Álcazar como la residencia de los gobertantes.
Durante el paso del tiempo sufrió remodelaciones y adquirió diferentes funciones entre las que se encuentran la de albergar la famosa Escuela de Traductores de Toledo a la vez que se le añadían las cuatro torres que ahora destacan. También se incendió dos veces. Una por las tropas austriacas durante la guerra de sucesión y la otra tras los sucesos del 2 de mayo de la que se desconocen las causas.
Su papel durante la guerra civil fue la de servir de fortaleza para la guardia civil y el coronel José Moscardó que llegaron a controlar los repúblicanos durante un periodo de 70 días, hasta la llegada del ejército de África comandado por José Enrique Valera, que fue visitado al día siguiente por el después caudillo Francisco Franco y mitificado por el franquismo.
En la actualidad, el Álcazar de Toledo tiene la función de albergar la Bliblioteca de Castilla la Mancha y diferentes colecciones del Museo del Éjercito. Las atracciones más famosas son es el despacho de Moscardó que se conserva tal y como quedó después de que una granada atravesara la ventana, y el cambio de guardia que podemos observar en el vídeo de abajo
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