El puente se San Martín, situado en al oeste de la ciudad, fue edificado en el siglo XIV por orden del arzobispo Pedro Tenorio y reformado posteriormente durante el reinado de Carlos II, rey de España.
En torno a este monumento de la ciudad, circula una leyenda entorno al arquitecto de la obra, que, al parecer, cometió un fatal error de cálculo por el cual el puente por el que este podría derrumbarse en cualquier momento y por mucho que trataba de pensar una manera de subsanarlo no le era posible.
La mujer del arquitecto, al ver la preocupación de su marido, se decidió a ayudarle a solucionarlo, para lo que se le ocurrió quemar el andamiaje de la obra de manera que este se cayera y fuera derribado, de manera que pareciera un accidente.
Tras este hecho, el arzobispo ordenó su reconstrucción al mismo arquitecto, que logró terminar su obra, esta vez sin errores.
Debido a profundo sentimiento de arrepentimiento que sentía la mujer se vio obligada a confesar ante Pedro Tenorio, el arzobispo, que conmovido por la tal historia de amor ordenó colocar la imagen de la mujer en la piedra clave central del puente que todavía puede observarse desde los laterales del puente.
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